Uno de los virólogos de referencia en Bélgica, Marc Van Ranst, había abierto el debate. Aquella vez criticó públicamente que los jugadores profesionales se abrazaran tras los goles
La pandemia del coronavirus en Europa atraviesa una segunda ola, incluso más endémica y letal que la primera. Por eso, los partidos se siguen disputando sin aficionados en las gradas y bajo estrictas medidas de bioseguridad. Aun así, hay algunos países y ligas que llegan más lejos para evitar nuevos contagios.
En la Primera y en la Segunda División de Bélgica, los directivos establecieron una nueva estrategia para frenar los contagios en el futbol. La ProLeague se plantea sancionar con tarjeta amarilla a los jugadores que se abracen en las celebraciones de gol, debido a la delicada situación sanitaria actual.
"Debemos evitar los abrazos y las celebraciones colectivas después de un gol tanto como sea posible", declaró el portavoz de la ProLeague al diario Het Laatste Nieuws. La medida, aunque parece insólita, podría ser el inicio de una nueva etapa en el fútbol, así como ya lo fue el jugar sin fanáticos en los estadios.
Días atrás, el primer ministro belga, Alexander de Croo, exigió a los organizadores que sean más estrictos con las normas de prevención. "Entiendo que la emoción está ahí, en el fútbol. Pero hay que poder canalizarla de otra manera (...). Le pido a la asociación de fútbol que sea un poco estricta al respecto", enfatizó.
En octubre, uno de los virólogos de referencia en Bélgica, Marc Van Ranst, había abierto el debate. Aquella vez criticó públicamente que los jugadores profesionales se abrazaran tras los goles y compartieran duchas y vestuarios sin la adecuada distancia de seguridad y ventilación.